Vivero del Centro de Desarrollo Campesino-CEDECAMPO- |
En la región de
los Montes de María, estas prácticas ancestrales de conservación de la semilla
criolla se han puesto en riesgo desde la llegada de la revolución verde con sus
paquetes tecnológicos, pasando por las
leyes antisemillas que se han promulgado en los últimos años que criminalizan
ésta práctica cultural.
En el caso de
Maríalabaja, en las partes planas y menos quebradas, es evidente como la
introducción de semillas hibridas y variedades importadas por las casas comerciales
ha puesto en riesgo la seguridad y soberanía alimentaria de sus habitantes. En
medio de esta presión, en la zona de la alta montaña aún es posible encontrar
comunidades campesinas que en su producción agrícola usan semillas criollas y
nativas; es así como en esas fértiles tierras
aún se puede apreciar el maíz blanco y amarillo, el frijol negrito, más de seis (6) variedades de arroz criollo,
otras tantas de ñame y yuca, tomate mano de tigre y bola de gato, ají,
berenjena, forestales como el campano negro, guácimo, trupillo dividivi y diversidad de frutales.
Participantes de la escuela de agroecología en en su sesión sobre conservación de semillas |
Es por ello que
la Corporación Desarrollo Solidario desde las diferentes propuestas productivas
y organizativas que acompaña ha asumido el reto de contribuir en la
conservación y multiplicación de semillas criollas y tradicionales. Actualmente
de la mano con los participantes de la escuela de agroecología, se creo un vívero
que está ubicado en el Centro de Desarrollo Campesino - CEDECAMPO- en el que se
encuentran más de 6.000 variedades de plantas alimenticias, maderables y
medicinales propias de la región. De igual manera se promueve el uso de
semillas tradicionales en la producción agrícola de las parcelas familiares y
comunitarias con las que trabajamos.
Sin embargo es
urgente realizar un inventario de las semillas de la región, fortalecer una red de conservadores de
semillas criollas tradicionales en los Montes de María, y lograr que las
políticas de desarrollo rural que se implementan en la región reconozcan la
importante labor que cumplen las comunidades rurales en la protección de la
semilla y por ende en la garantía del derecho a la alimentación y un ambiente
sano. Ratificamos entonces la necesidad de una agricultura campesina, étnica,
diversa y agroecológica.
Fotos: Margarita Restrepo, Duvan Caro.
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